Antes de comenzar, quisiera aclarar el enfoque más científico que ético que tiene este artículo, aunque reconozco que ambos fundamentan mi convencimiento sobre los perjuicios que supone la mutilación de miembros en los perros con fines estéticos. Soy consciente, además, de la polémica que suele generar el tema a tratar entre aquellos partidarios y no partidarios del uso de estas técnicas en razas que tradicionalmente se les ha practicado de forma sistemática. Sea como fuere, toda postura sobre este tema requiere del respeto de opinión, pero sí es necesario el poder usar argumento válidos que justifiquen o no la defensa de ésta práctica. Es por ello que este estudio parte desde un orden de prioridades y donde la salud física y psicológica de los animales está por encima de cualquier aspecto sociocultural que afecte al bienestar animal.
LAS POSTURAS CORPORALES EN PERROS
La comunicación- es decir, la transmisión de información de un individuo a otro- es un aspecto fundamental en la conducta social de cualquier especie (X. Manteca, 2006) Cada especie animal tiene sus propios sistemas de comunicación y patrones de lenguaje específicos. En el caso de los perros, un conjunto ya predeterminado genéticamente de posturas corporales, además de las señales olfativas y auditivas, completan el sistema comunicativo. Ante un encuentro entre ellos, estos realizan un análisis inmediato de las posturas corporales al tiempo que analizan otros factores mediante otros sistemas sensitivos. El aspecto corporal, en casi todos los contextos, determina la reacción del otro u otros perros. Especificamente, orejas y rabo son dos elementos vitales para que se dé una comunicación correcta entre dos o más miembros de la especie canina.
Cada signo corporal va acompañado otros signos que trabajan juntos para la emisión de un mensaje al receptor, y que, además, han de lograr que éste sea lo más correctamente entendido. No es adecuado estudiar el lenguaje corporal de un perro centrándose exclusivamente en una o dos posturas, sino que ha de ser un análisis en su conjunto, la expresión de emociones y sentimientos en base al uso de la combinación de diferentes partes corporales y el análisis paralelo de los estímulos ambientales que influyen en el comportamiento que el animal manifiesta.
LAS OREJAS Y EL RABO EN LA COMUNICACIÓN
Las orejas son un elemento que, usado en conjunto con otros signos del cuerpo, representan uno de los elementos más importantes de la comunicación entre perros. Las sucesivas prácticas de selección genética en la consecución de la creación de diferentes razas, ha creado muy diversos fenotipos de orejas en los perros. De la originaria forma de sus ancestros, los lobos, en la que la forma natural de la oreja es un elemento erguido y puntiagudo con un amplio margen de movilidad en todas las direcciones, a morfologías auriculares como las del basset hound que han limitado su capacidad de movilidad por su tamaño y disposición gravitacional.
Básicamente, unas orejas orientadas hacia atrás pueden expresar ansiedad, temor, miedo, o varias a la vez. En estos casos, las orejas pueden ir asociadas además a la posición de la cola entre los miembros posteriores, miembros anteriores y posteriores flexionados, midriasis, evitación de contacto visual, etc. Las orejas hacia atrás pueden indicar también sumisión activa ó pasiva, que es diferente al temor en el cual encontramos elementos psicosomáticos de angustia.
Las orejas que se orientan hacia adelante, en función del contexto, pueden significar atención (cuando van acompañadas además de movimientos taxiales hacia el estímulo) seguridad en sí mismo, o en circunstancias agonísticas (conflictivas) puede tener significado de dominancia sobre otros perros. En este caso, esta forma de las orejas es acompañada por un rabo en ángulo horizontal, patas delanteras extendidas, pilo erección, midriasis, belfos fruncidos y puede haber vocalización mediante gruñidos o ladridos.
Por otro lado, la cola, además de ser un elemento que hace de “timón” cuando el perro corre consiguiendo en éste un mayor equilibrio en carrera, expresa numerosas emociones que el animal siente: relajada indica tranquilidad mientras que moviéndose a los lados alegría, juego, ansiedad. El nivel del ángulo que forma la cola con el eje del cuerpo cuando esta es metida entre las patas indica el grado de temor o miedo ante un estímulo aversivo, y en forma de bandera, es decir, como la continuación longitudinal del cuerpo puede indicarle al otro perro una actitud dominante, segura de sí misma. También esa misma postura de la cola en contexto de caza puede indicar suma atención hacia la presa.
CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS Y MÉDICAS DEL CORTE DE RABO Y OREJAS
Ahora bien, la mutilación de las orejas (otectomía) y/o de la cola (caudectomía)no están indicados médicamente e implican, entre otros perjuicios, la ausencia de estos dos elementos comunicadores tan fundamentales . En el caso de las orejas, por ejemplo, la forma puntiaguda en la que quedan después de una típica intervención quirúrgica no hace sino, en determinados contextos, enviar mensajes erróneos ante la presencia de conespecíficos indicando actitudes amenazantes o de reto, que en muchos casos puede crear conflictos generados por esa mala interpretación de los otros perros y derivando muchas veces en peleas, a veces de mucha gravedad.
Las orejas y rabo en los perros son su idioma. Se manejan códigos específicos entre ellos, se expresan unos a otros sus estados motivacionales en cada momento y con cada pequeño gesto que hagan. Son animales altamente sociales que forman relaciones en las que de la comunicación depende todo su orden social.
Las consecuencias médicas del corte de orejas y rabo son también muy importantes y otro argumento más para erradicar estas prácticas. La otectomía se suele practicar a las 12 o 14 semanas de nacido el perro y tradicionalmente se decía que con la operación se protegía el canal auditivo al tener éste mayor ventilación, y se prevenían así enfermedades relacionadas con infecciones en las orejas. Hoy en día se sabe que nada tiene de cierto esto. La oreja protege el canal auditivo, y su corte es una intervención quirúrgica de una parte del cuerpo que requiere anestesia general, con el riesgo que esta supone siempre. Además, existe el riesgo siempre inherente a la operación de las infecciones secundarias.
Existen ya numerosos países donde este tipo de prácticas son ya inconcebibles y cuyas leyes de protección animal prohíben rotundamente la mutilación con fines estéticos:
– Austria
– Chipre
– Grecia
– Lituania
– Suecia
– Bulgaria
– Rumanía
– Suiza
– Holanda
– Bélgica
– Dinamarca
– Finlandia
– Alemania
– Estonia
– Reino Unido
– Hungría
– Malta
– Polonia
Amputar las orejas y/o el rabo implica un serio daño al animal. Les pido a los partidarios de estas técnicas que reflexionen, que piensen en el perro, y que tal vez, ojala, después de leerlo puedan dejar que su perro sea el que es, con sus orejas o rabo normales, saber estar por encima del mito y moda establecida que no es sino, en mi opinión, una forma legal de maltrato.
M. Sc. David Peiró.