En este periodo tan delicado debemos cuidar especialmente la alimentación de la futura mamá.
Las perras necesitan muy poco alimento adicional durante los primeros
dos tercios del período de gestación (5 a 6 semanas). Esto se debe a
que los fetos no crecen mucho durante esta etapa ya que la mayor parte
del crecimiento tiene lugar durante las últimas tres semanas.
En esta fase, el ingreso energético del animal se deberá incrementar
en un 15% cada semana. En el momento del parto, la perra debe estar
recibiendo de un 50% a un 60% adicionales con relación a su ingesta
energética normal.
La lactancia es una de las etapas más exigentes, superando incluso a
la de la gestación. El incremento en las necesidades energéticas
variará de acuerdo al tamaño y la edad de la camada, pero en el momento
álgido de esta etapa, cuando los cachorros tienen aproximadamente
cuatro semanas de vida, los requerimientos energéticos de la perra
pueden ser hasta cuatro veces más altos de los habituales.
Por esta razón, durante estas circunstancias excepcionales, necesita
ingerir un alimento muy apetitoso, altamente digerible y concentrado,
distribuido en cantidades razonables en cada comida o puesto a su
disposición para que se alimente a lo largo del día.
Una provisión de agua fresca es particularmente importante, ya que
la perra pierde mucha más agua de lo normal en el proceso de
elaboración de la leche.
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